Pastelería Cory se reinventa y pone en venta su casa matriz
La empresa, ligada a la familia Ungar, se enfocó en el negocio de delivery y solo mantiene abierto su local de Av. Colón (de un total de 13 ubicaciones), donde también está su planta productiva.“
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Viena. Los orígenes de la cadena Cory están a más de 12.500 kilómetros de distancia de Santiago. Fue en la capital de Austria donde los abuelos de los hermanos Andrés y Johnny Ungar, socios de la tradicional pastelería, partieron en este oficio. Huyeron de la Segunda Guerra Mundial y se instalaron en Chile. Aquí compartieron sus conocimientos, que se han traspasado de generación en generación.
Andrés Ungar también es pastelero, estudió, como no, en Viena, donde vivió un tiempo. Regresó a Chile y se hizo cargo junto con su hermano de la empresa familiar que va camino a cumplir cuatro décadas, liderando la expansión con locales en varios de los principales centros comerciales de la capital.
¿La especialidad? La torta María Antonieta, con capas de mousse de tres tipos de chocolate: amargo, de leche y blanco. También fueron pioneros en el país en la pastelería libre de azúcar.
Todo iba viento en popa: un importante plan de expansión, que consideraba franquicias, estaba sobre la mesa. Sin embargo, como a muchas empresas los golpeó, primero, la crisis social y, luego, la pandemia.
El Covid-19 sacudió con especial dureza al rubro gastronómico, pues se restringió el funcionamiento normal de restaurantes y cafeterías y la movilidad de los ciudadanos que están en zonas con cuarentena o cordón sanitario. Las ventas del sector se desplomaron.
“Estamos sufriendo, pero lo positivo es que, después de octubre del año pasado, migramos rápidamente a los canales digitales”, explica Ungar.
De los treces locales que maneja la cadena, sólo se mantiene uno abierto, la casa matriz, ubicada en Avenida Cristóbal Colón casi esquina Sebastián Elcano, en la comuna de Las Condes. Ahí también está la planta productiva.
La empresa redujo sus costos al mínimo, y la mayoría de sus trabajadores están acogidos a la ley de protección al empleo.
Un tema sentimental
“Obviamente el delivery no es lo mismo; no reemplaza la visita del público, pero en algo ayuda: por lo menos, para mantener parcialmente funcionando la fábrica”, destaca el pastelero.
A cargo del desarrollo de este nuevo canal de ventas está Daniel, hijo de Andrés. La firma ya tiene acuerdos con las principales empresas de delivery que funcionan en la capital. Además, desarrollaron su propia página web para ofrecer despacho a domicilio.
“Estábamos concentrados en nuestros locales y servicios a empresas, pero, con eso cerrado, hemos tenido un crecimiento exponencial en las ventas a través de internet”, explica Ungar, quien destaca: “Por suerte tuvimos gran apoyo de los bancos, pero estamos esperanzados que la industria gastronómica, que es a la que más le costará recuperarse, tenga algún tipo de ayuda. Las asociaciones están en conversaciones con el gobierno”.
Una de éstas, la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga) alertó que el 42% de los restoranes ubicados en los centros comerciales podría tener que cerrar de aquí a diciembre debido a las condiciones contractuales de los operadores que, asegura el gremio, no las ha flexibilizado pese a las condiciones durante la pandemia. Mantiene “cobros desmedidos”, dijo la agrupación.
El socio de Cory explica que, en el caso de ellos, actualmente están negociando con los malls donde tienen presencia, nuevos acuerdos en los pagos de las rentas, entre otros gastos vinculados.
En este complejo escenario, los socios de la pastelería decidieron poner en venta el terreno donde se ubica su casa matriz y la fábrica. La idea es trasladar la producción al sector poniente de Santiago. “Hoy, no tiene sentido estar sentado sobre un terreno en plena Avenida Colón para una fábrica”, dice Andrés Ungar.
El paño supera los 2.300 m2 de superficie, en una zona con alto potencial inmobiliario. De concretarse, la operación podría alcanzar unos US$ 7 millones. Para llevar adelante la compra y venta, los Ungar cuentan con la asesoría de Marcos Kaplún, de Kayco International. “Por un tema sentimental, nunca quisimos vender, pero, ahora, teniendo un par de ofertas sobre la mesa estamos evaluando”, explica Andrés.
Según explica Kaplún, ya hay un importante avance en las negociaciones: con una familia española y dos inmobiliarias chilenas, que están preparando sus ofertas formales, afirma.